No entendí.
Llevo dos días repensando 1917 y a la única conclusión a la que puedo llegar es precisamente a esa: no entendí. Y lo digo con sinceridad, ya que más allá de que definitivamente no entiendo la ecuación de popularidad que llevó a este drama bélico de la Primera Guerra Mundial a colarse como la gran favorita para obtener el Oscar a mejor película, genuinamente tampoco entiendo un sinfín de decisiones que el director Sam Mendes y su cinefotógrafo, el casi siempre sobresaliente Roger Deakins, tomaron para construir esta alucinante concatenación de horrores narrativos y técnicos que tantos aplausos y premios ha cosechado.
En fin. Sin mayores florituras, aquí les dejo la lista de cosas que no entendí de 1917 (si le temen a los SPOILERS les recomiendo que no sigan leyendo):
1. ¿Por qué todos y cada uno de los personajes alemanes son auténticas máquinas de matar despojadas de cualquier atisbo de humanidad, mientras que todos y cada uno de los soldados ingleses son seres balanceados, ecuánimes, bonachones (y francamente pendejones)? ¿No les dio algo de pudor hacer una película tan maniquea en pleno siglo XXI?
2. ¿Cuál es el objetivo de poner a actores de la talla de Colin Firth, Benedict Cumberbatch y Andrew Scott a recitar dos líneas de diálogo en escenas puntuales que duran apenas un par de minutos? Es un recurso meramente publicitario que no ayuda en nada a la historia, no les permite a los actores exhibir su capacidad histriónica, y lo único que se consigue es que el espectador abandone la “experiencia inmersiva” de la película para exclamar “¡Ah, mira! ¡Benedict Cumberbatch!”.
3. ¿Por qué escogieron a un actor tan lamentable como Dean-Charles Chapman para encarnar al único personaje que tiene algo de carga emotiva a lo largo del metraje? ¿Alguien se rió con su anécdota de la rata? ¿Alguien lloró con su muerte? Spoiler: NADIE.
4. Si tenían pensado hacer una película bélica sin trama (se vale, y de hecho hay películas divertidas y potentes con tramas muy básicas), al menos hubiera sido interesante que le dedicaran más de cinco minutos a escribir los diálogos. ¿Quién y por qué le dio el visto bueno a esos diálogos? Vuelvo a la anécdota de la rata porque es tal vez el único momento guionístico que busca establecer algún tipo de conexión con el público sin caer en los clichés básicos de “escríbele a mi mamacita”, y francamente me parece uno de los peores diálogos que escuché en todo el 2019.
5. ¿Por qué el protagonista tiene poderes de regeneración?: Al final de la cinta, cuando le dicen que vaya a la enfermería y en lugar de eso termina echándose una pestañita bajo un árbol ¡el personaje se ve más fresco que cuando comenzó la película! Ah, y por cierto, Sam Mendes recurre al retruécano de terminar la película justo como la empezó (con la secuencia de la siesta bajo el árbol) porque claramente esta película es una obra maestra.
6. ¿Por qué se empeñaron en recurrir a un plano secuencia interminable para narrar la película (además de por la vil publicidad, claro), si no respetan ni la veracidad en las distancias (caminan cinco minutos y ya cambiaron de pueblo, se suben a un camión tres minutos y ya llegaron a una ciudad) ni la veracidad en el paso del tiempo (alguien dice en plena noche cerrada “ya va a amanecer” y cinco minutos después el protagonista está flotando en un río completamente bañado en la luz del día)? Ese plano secuencia de dos horas (que palidece, por ejemplo, ante lo hecho por Sokurov en Russian Ark) lo único que consigue es restringir la posibilidad de encuadre de Roger Deakins, que si somos completamente honestos consigue apenas enmarcar dos o tres secuencias memorables (el tour por las trincheras, el estrangulamiento, y la carrera final), mientras el resto del filme se desgasta en tediosos travellings por páramos rellenos de lodo y cadáveres que se hilan (a veces de forma bastante torpe) con transiciones computarizadas para dar la impresión de continuidad en la toma.
7. ¿Por qué demonios escogieron poner la escena más icónica de la película en el trailer? Ya sé que para atraer a más personas al filme, pero lo único que lograron con esa jugarreta es anticiparnos, desde el instante en que entendemos la misión del protagonista, el hecho (ya de por sí bastante predecible) de que llegará de último minuto a avisarle al general que detenga el funesto ataque.
Y luego podría hablar de la carente lógica militar de la cinta, sus estratagemas fallidas para generarnos emociones de la peor forma posible, o su incapacidad para engendrar una sola secuencia de acción emocionante, pero ya le dediqué demasiado tiempo a mi odio, y la mera verdad, sigo sin entender nada.