Negro sobre negro. La adaptación de la novela The Road, escrita por el ultraconocido Cormac McCarthy (No Country for Old Men), es uno de los relatos más oscuros que he visto en mucho tiempo.
El director John Hillcoat retoma esa vena oscura que dió pie a la excelente The Proposition y la lleva al extremo en este relato de violencia, desesperación, desesperanza y barbarie.
No he leído la novela en la que se basa este filme, pero imagino que debe ser una obra magna, ya que el tratamiento de la historia es fantástico y la narración, que supongo se toma directamente de textos del libro, es de una profundidad poética asombrosa.
Como dije en un principio, todo es negro en ese camino a ninguna parte que el inspiradísimo Viggo Mortensen recorre junto al pequeño Kodi Smit-McPhee, siempre bajo la tutela de un John Hillcoat que disfruta torturando a la audiencia, no con escenas de extrema violencia, que sin duda se prestaban para la historia, sino creando el desasosiego mediante el poder de la ambientación.
El apocalipsis completamente injustificado del filme es simplemente una excusa para explorar, como ya se ha hecho en diversas ocasiones, el lado más animal del ser humano, cuando la carencia de las necesidades más básicas lo obligan a convertirse en una bestia preocupada únicamente por su supervivencia. Es aquí donde el personaje de Mortensen entra en el juego de tratar de mantener la cordura en un mundo que está muriendo irremediablemente, negándose a aceptar la imposibilidad de redención en un sitio en el que lo único digno de desarrollar es el instinto.
The Road, a pesar de estar filmada en color, podría ser una cinta en blanco y negro, ya que todos los majestuosos paisajes devastados son completamente grises, así como la ropa y la piel de los pocos humanos que reptan sin propósito alguno por la superficie de un planeta asolado por el canibalismo, donde aquellos que no pertenecen a un grupo numeroso están destinados a ser la comida de alguien más.
En definitiva, aunque la exploración de este tipo de temas ya ha sido exhaustiva, The Road logra darle un toque memorable a todo el asunto y genera una experiencia tan disfrutable como perturbadora.
