No termino de comprender las duras críticas que se han hecho contra la nueva película de Jim Jarmusch. Por alguna razón, muchos han vapuleado esta nueva incursión cinematográfica del director de Dead Man y Stranger than Paradise, atacando precisamente los elementos que hacen de The Limits of Control una obra súmamente interesante.
En esta ocasión, Jarmusch filma su moderna cinta noir en España. Contando la historia de un misterioso y extremadamente silencioso hombre, que alguien ha contratado para cumplir una desconocida misión. A lo largo de su viaje ibérico, el misterioso hombre, interpretado por Isaach de Bankolé (participante habitual de las cintas de Jarmusch), va recibiendo ayuda de una serie de extraños personajes. Siendo estos los que le indican el siguiente paso a realizar en la enigmática travesía, mediante un intercambio de cajas de cerillos que contienen pequeños papeles codificados.
El filme se reduce finalmente a estos intercambios entre el hombre silencioso y sus misteriosos colaboradores, entre los que se encuentra John Hurt, Tilda Swinton, Gael García y una enigmática Paz de la Huerta, a los que siempre encuentra en el proceso de tomar un café y que antes de darle la correspondiente caja de cerillos, descargan con él un breve monólogo acerca de sus distintas percepciones de la vida.
El ritmo de la película es en extremo pausado, cosa que se le ha criticado mucho, pero sin embargo, los tiempos muertos trabajan en servicio del maravilloso trabajo fotográfico y de la asimilación por parte de la audiencia de cada una de las imágenes. Incluso esta total carencia de vertiginosidad genera escenas de una belleza impresionante, llegando a un clímax en el maravilloso ensayo flamenco, que me parece una de las secuencias más mágicas que haya filmado Jarmusch en toda su carrera.
Al final la experiencia de The Limits of Control termina como entre sueños, dejando a propósito un sinfín de cabos sueltos sin resolver, que terminan siendo sólamente licencias poéticas que se toma Jarmusch por el simple hecho de que le da la gana y puede hacerlo.
Por un lado es fácil entender las críticas negativas, ya que todas ellas tienen algo de verdad. Si es una película lenta. Si es una película que carece de sentido en muchos aspectos y que a pesar de ser una historia completamente lineal y sencilla puede parecer sumamente pretenciosa. Y finalmente si deja de lado los magníficos diálogos a los que nos tiene acostumbrados Jarmusch, reduciéndolos a unas cuantas frases. Sin embargo, esto es precisamente por lo que me parece que The Limits of Control es una película digna de verse y de apreciarse como la magnífica obra contemplativa que es.