Hasta cierto punto, la recurrente frase “el mundo está cambiando a pasos agigantados”, resulta una necedad que bien podría ser válida tanto para el hombre del siglo XXI, como para el primer Homo Sapiens. El mundo y la sociedad mutan de forma constante, y resulta normal que tales cambios se perciban como “pasos agigantados” ante los ojos de aquellos que, inmersos en un momento histórico determinado, miran hacia el pasado con desdén, como si la humanidad hubiera permanecido sumida en un letargo milenario y las revoluciones tecnológicas de sus respectivos contextos históricos la hubieran reactivado. Nada más falso que eso.
Son precisamente esos interminables debates sobre la regulación de Internet los que dan origen a la historia de The Internet’s Own Boy, documental dirigido por Brian Knappenberger y centrado en la vida de Aaron Swartz, el joven genio que contribuyó a la creación de Reddit, una de las comunidades virtuales más extensas y complejas del mundo; que fue utilizado como chivo expiatorio de aquellos interesados en regular la distribución de la información en Internet; y que finalmente se quitó la vida en enero de 2013.
Desde sus inicios como niño prodigio, creador de un primer prototipo conceptual de Wikipedia y coautor a sus catorce años del RSS, herramienta indispensable para el uso de feeds en blogs y páginas de Internet, el documental narra el vertiginoso ascenso de Swartz en el mundo de la programación, superando las iniciales burlas por su edad y convirtiéndose en una de las figuras más respetadas del medio tras su contribución a la creación de la gigantesca plataforma Reddit. Sin embargo, el gran sueño de Swartz era contribuir a la generación de un mundo en donde la información fluyera de forma libre, sin la presencia de los monopolios de bases de datos científicas, que restringen el acceso a miles de artículos de gran utilidad para la humanidad. Por desgracia, el anhelo de Swartz le costaría la vida.
Narrado con agilidad aunque sin una propuesta cinematográfica sobresaliente, The Internet’s Own Boy se dedica a enumerar los hechos tal cual sucedieron, desaprovechando una historia de gran interés que en manos de un buen director podría haber tenido un impacto mucho mayor. Sin embargo, a pesar de lo anterior, el documental es de una trascendencia innegable, y constituye un documento de suma importancia para aquellos interesados en la célebre legislación SOPA (detenida por los esfuerzos de la comunidad norteamericana y por el propio Swartz), así como demás intentos por coartar la libertad de ese organismo virtual tan maravilloso como terrible en el que estamos ya completamente inmersos.
En una de las entrevistas que recoge el filme, Swartz declara: There are two polarizing perspectives: the first one implies that everything is great, that the Internet has created all of this freedom and everything is fantastic; the second one says that everything is terrible and that the Internet has created all of these tools for cracking and spying. The thing is that both are true. Which one will win in the long run is up to us.
Una mente genial menos en el mundo. Esperemos que este documental sirva para mantener y distribuir su poderoso legado intelectual.