Uno de mis recuerdos más antiguos como aficionado al cine es el de verme asistir cada fin de semana, de la mano de mis padres, al pequeño videoclub que se encontraba a cinco minutos de mi casa. Un cuartucho con vista a la calle, cuyas paredes repletas de películas en flamante formato BETAMAX, me permitieron disfrutar de clásicos maravillosos que impactaron poderosamente mi niñez.
Dentro del puñado de cintas que definieron mi infancia, Clash of the Titans es sin lugar a dudas una de las principales. El fanatismo que mi cerebro infantil desarrolló por las aventuras de Perseo era exacerbado. Una y otra vez podía ver al héroe griego cortando la cabeza de Medusa, cabalgando a Pegaso en la batalla contra el poderosísimo Kraken, o peleando a muerte contra el demoníaco Calibos, generándome dichos momentos un gozo infantil prácticamente ilimitado.
El núcleo mágico de esa película plagada de malas actuaciones y pervertidora de la mitología griega, radicaba en su capacidad para crear mundos fantásticos y personajes maravillosos a través de sus efectos visuales. Cuadro por cuadro, encerrado en un cuarto sin que nadie lo perturbara, Ray Harryhausen pasó semanas enteras animando el cuerpo y el cabello de Medusa. Un sólo cuadro del metraje implicaba recordar la secuencia que seguían cada una de las serpientes en la cabeza del terrible monstruo, así como mover sus cara, sus manos, su cola y, por si fuera poco, preocuparse de la continuidad del fuego que se reflejaba en el cuerpo del personaje. El trabajo, digno de un maniático obsesivo compulsivo, dio como resultado una secuencia que jamás olvidaré y que aún ahora me parece uno de los momentos más impactantes de la historia del cine.
The Harryhausen Chronicles es un documental dirigido por Richard Schickel, en el que se narra la carrera completa de Ray Harryhausen, desde sus inicios como niño inquieto y compañero de escuela de Ray Bradbury, ambos profundamente influenciados por su amor a los dinosaurios y por la exhibición fílmica de la primera versión de King Kong, hasta su transformación en genio absoluto de la animación cuadro por cuadro.
Narrado ni más ni menos que por Leonard Nimoy, el ameno y aleccionador recorrido que se hace a lo largo de una hora de metraje, ahonda en cada una de las cintas que tuvieron la suerte de contar con el talento de Harryhausen, del mismo modo que entrevista a personalidades como Ray Bradbury, George Lucas, Henry Selick, etc., quienes dan testimonio de la tremenda influencia que este virtuoso de la obsesividad tuvo en sus vidas.
The Harryhausen Chronicles es sin duda alguna una buena inversión de tiempo para aquellos cinéfilos que busquen referencias sobre la filmografía de este mago del cine, así como para los que quieran rememorar tiempos pasados, en los que la imaginación y la pericia humana eran más eficientes que el poder de una computadora.