Jamal Malik está a una pregunta de ganar 20 millones de rupias. ¿Cómo lo hizo?. A)Hizo trampa. B)Tiene suerte. C)Es un genio. D)Es el destino.
Con estas líneas da comienzo una de las mejores películas del año. Adaptada de una novela de Vikas Swarup y dirigida por el casi siempre acertado Danny Boyle (Trainspotting, 28 Days Later), la cinta cuenta la historia de un joven indio que a pesar de salir de un estrato social completamente precario y con una educación prácticamente inexistente, está a punto de ganar el concurso “Who wants to be a millionaire?” en su versión india.
La película da inicio cuando la policía interroga brutalmente al joven porque creen que está haciendo trampa. Durante el interrogatorio y mediante el constante uso de flashbacks, vamos viendo cual de las cuatro opciones iniciales es la que ha llevado al chico a la pregunta final que puede convertirlo en millonario.
La película, aunque está sumergida en la cara de una India pobre, corrupta y violenta, nunca pierde el lado alegre de la vida. Es uno de esos filmes que hace mucho no veía, en los que al finalizar me siento muy satisfecho y sobre todo feliz. Es cierto que es una película muy optimista y que tiene algunos pequeños fallos de lógica o credibilidad, pero está tan bien hecha y la historia es tan entrañable que esto se puede dejar de lado sin problemas.
La elección de Danny Boyle de dirigir la película asesorado por Loveleen Tandan (codirectora india) es sumamente acertada, ya que se cuidó hasta el último detalle y el sentimiento de estar viendo una gran película de Bollywood (El Hollywood indio) permanece durante las dos horas de metraje.
Las actuaciones son realmente buenas, sobre todo la del personaje principal interpretado por Dev Patel, que aparece también en la serie inglesa “Skins” (bastante buena por cierto) y que está nominado al premio de mejor actor Británico del año 2009 por el “London Critics Circle Film Award”.
El soundtrack es también una maravilla, incluyendo canciones de M.I.A. y de grupos contemporáneos indios, lo que le da un dinamismo fabuloso a ciertas escenas.
Por último el manejo de cámaras y la fotografía son muy buenos y muy del estilo de lo que ha venido haciendo Danny Boyle desde Trainspotting.
Esperemos ahora que le lleguen los Oscar a esta magnífica película que sin duda los merece.