Los tiempos cambian y ahora lo geek es cool. Los chicos que en su escuela eran ridiculizados por dedicar sus vidas a jugar videojuegos y aprender Linux, ahora cosechan los frutos de su atormentada adolescencia controlando y manteniendo una gran parte del mercado del entretenimiento actual. Engendrados por el boom informático y tecnológico, los geeks han dado nuevos vuelos al género del cómic, que actualmente vive una de sus épocas doradas y que invade las pantallas de cine con incontables adaptaciones fílmicas.
En esta ocasión Edgar Wright (Shaun of the Dead) adapta el célebre cómic de Scott Pilgrim vs the world, que en sus páginas narra la historia de un joven que se enamora de una chica con severos problemas de personalidad. Lo que el protagonista no sabe es que para conquistar a su amor deberá pelear y derrotar a los siete ex novios de la chica, que han formado una especie de liga de villanos para controlar el destino sentimental del protagonista.
La premisa de la cinta es a primera vista tan ridícula que inicialmente pensé lo peor, sin embargo Scott Pilgrim resulta ser una película realmente disfrutable. Una vez más nos encontramos a Michael Cera, ídolo indie/geek por excelencia, interpretando el mismo papel que ha ejecutado durante toda su carrera y que sin duda domina a la perfección, con la diferencia de que ahora pelea en un mar de efectos especiales contra los siete malignos exnovios de Ramona (Mary Elizabeth Winstead), entre los que se encuentra el siempre genial Jason Schwartzman.