¿Qué es lo que se requiere para hacer una buena película?
Muchos piensan que un buen presupuesto es indispensable para poder dar rienda suelta a la imaginación y crear mundos de gran complejidad, que atraigan al público con un fantástico festín visual. En la actualidad, esta visión del cine es la que ha generado la oleada de remakes, que dejan de lado los guiones (copiándolos en el mejor de los casos) y que se basan únicamente en el espectáculo circense de los efectos computarizados.
Sin embargo, la ventaja de nuestros tiempos es la cada vez mayor accesibilidad que tiene una persona común a la tecnología. Situación que para mi asombro no ha revolucionado el mundo del cine tanto como yo pensaba. Sin embargo de vez en cuando aparecen películas como Primer. Un filme de ciencia ficción hecho a partir de un presupuesto de 7,000 dólares y actuado, producido, dirigido y escrito por un joven visionario de nombre Shane Carruth.
Cuando uno imagina un filme de ciencia ficción de bajo presupuesto, puede remontarse a las imágenes de “Plan Nine From Outer Space” o a un centenar de películas que se han atrevido a ignorar la barrera del dinero, logrando a veces resultados pasables y otras tantas resultados nefastos. Por el contrario, en Primer todo es de altísima calidad, con un diseño de escenas que en ningún momento le permite al espectador asociar una carencia de presupuesto con lo que observa en la película.
El filme cuenta la historia de dos científicos que en su garage desarrollan lo que parece ser una máquina para viajar en el tiempo. Sin embargo, esta película es radicalmente diferente a todo lo que había visto antes relacionado con este tema tan popular, ya que Carruth hace un esfuerzo sobrehumano por atar, durante la hora y media de metraje, absolutamente todos los cabos que normalmente quedan sueltos en este tipo de películas. Esto da lugar a un filme que requiere varias revisiones por parte del espectador, ya que es prácticamente imposible entender completamente todo lo que sucede viendo solamente una vez la película.
La innovación en el tema del viaje en el tiempo, su enfoque sumamente analítico y cuidado, su enorme aprovechamiento del presupuesto y las buenas actuaciones de Carruth y David Sullivan, generaron críticas muy favorables y un creciente culto por parte de fans que todavía continúan discutiendo y tratando de entender al 100% el rompecabezas de Carruth.
El filme se llevó el Grand Jury Prize en el festival de Sundance 2004 y sin duda merece ser visto por su valentía, su inteligencia y su total carencia de concesiones al espectador. Además de constituir un documento indispensable para todos aquellos cineastas jóvenes que creen más en las ideas que en el dinero.