El 2009 fue un año muy productivo para Werner Herzog, ya que con dos días de diferencia presentó dos nuevas películas en el festival de Venecia, convirtiéndose en el primer director en hacer una cosa semejante en la icónica competición. Curiosamente las dos obras estaban envueltas en un contexto temático similar, con una fuerte carga de thriller policial pocas veces visto en la filmografía del director, pero cada una con expectativas muy diferentes respecto a su distribución.
La hermana bonita de la historia y la única que entró a competición oficial dentro del festival de Venecia fue The Bad Lieutenant, una historia protagonizada por Nicholas Cage, que acaparó toda la atención y que aparentemente se erguía con aires de completa superioridad frente a su hermana fea My Son, My Son, What Have Ye Done, que se presentó fuera de competición como un mero divertimento.
Después de ver The Bad Lieutenant, no tenía muchas expectativas frente a una película que aparentemente abordaba temas similares y que parecía ser un juego menor por parte de Herzog para llamar la atención.
En los primeros minutos de la proyección comencé a imaginar lo peor, la historia entraba de lleno, no había preámbulo, cinco minutos después ya se había desmenuzado toda la trama y en mi cabeza todo se encontraba ya resuelto. Todo parecía apuntar a dos horas de un viaje aburrido, plagado de justificaciones obvias acerca del por qué el protagonista había asesinado a su madre con una espada. No podía estar más equivocado.
My Son, My Son, What Have Ye Done es una película completamente superior a su hermana temporal The Bad Lieutenant y aunque también tiene sus puntos débiles, la profundidad de la que Herzog dota a sus personajes es fascinante. Por un lado mis temores no eran infundados, ya que absolutamente todo queda resuelto en el inicio del filme, sin embargo Herzog, en vez de dar respuestas se dedica a generar preguntas durante toda la cinta, en un intento de perfilar al misterioso y desequilibrado personaje protagónico interpretado por un excelente Michael Shannon, que después de un trágico viaje a Perú modifica radicalmente su percepción de la realidad.
La película parece funcionar como el escape creativo que Herzog no pudo tener con The Bad Lieutenant y le permite experimentar con elementos narrativos más arriesgados y secuencias que incluso flirtean con elementos surrealistas.
En el ramo actoral la película respalda al excelente Michael Shannon con actores de la talla de Chloe Sevigny, Willem Dafoe y el legendario Udo Kier, sin embargo la relación conflictiva madre-hijo se construye gracias a Grace Zabriskie, a quien ya habíamos visto en la épica Inland Empire y que una vez más nos regala un personaje lleno de perturbadoras contradicciones.
My Son, My Son, What Have Ye Done podría catalogarse bajo la etiqueta de thriller policiaco, sin embargo es un trabajo que conforme avanza se convierte en un filme inclasificable, que no da respuestas al espectador sino que lo somete a una serie de experiencias de las que debe sacar sus propias conclusiones. Un filme que nos deja ver el potencial del Herzog moderno, pero que no acaba por concretarse en la obra maestra que todos esperamos ver de él eventualmente en esta nueva fase de su carrera.