Les Amours Imaginaires (2010)

Descubrí Les amours imaginaires por mera casualidad. Tan sólo un par de fotografías tomadas directamente de una copia del filme me dieron el presentimiento de que podría ser interesante y sin saber absolutamente nada de su director, de su elenco o de su historia (situación idónea para ver cualquier filme sin prejuicios), me senté durante hora y media a admirar algo completamente inesperado.

Tan impactado quedé después de experimentar la apabullante belleza de esta cinta, que inmediatamente comencé a surcar la red para encontrar la historia detrás de Xavier Dolan, director del filme, al que imaginaba como un experimentado artista visual de mediana edad con un gran curriculum. Craso error.
Xavier Dolan es un chico canadiense de 21 años, quien a pesar de su corta edad cuenta ya con dos películas en su filmografía. Su debut, titulado J’ai tué ma mère (2009), conquistó tres premios en el festival de Cannes y fue alabado por la crítica internacional, mientras que la cinta que hoy nos atañe recibió el premio Regards Jeunes un año más tarde en el mismo festival.
Les amours imaginaires cuenta la historia de un triángulo amoroso entre dos chicos y una chica, con el curioso giro de que el eje central del tercio no es el personaje femenino, sino uno de los dos jóvenes que asume el papel de manzana de la discordia de forma involuntaria.
La temática amorosa juega tanto con el mundo heterosexual de la mujer, interpretada por Monia Chokri, como con el mundo homosexual de la contraparte masculina, que interpreta de forma extraordinaria el propio Xavier Dolan, para desarrollar una historia que engloba de forma tan tremenda como hermosa el universo de las necesidades afectivas del hombre y que converge en el personaje de Niels Schneider, un adonis con una intrigante ambigüedad sexual.
Dolan desdobla sus experiencias personales y las vuelca en el intenso tratamiento homosexual del filme, que en todo momento está dotado de un sentimiento asombroso de veracidad y que se vincula con maestría a la parte heterosexual femenina, para terminar ambas envueltas en una inseparable simbiosis de sensaciones.
La historia funciona de forma perfecta gracias a la milagrosa e inexplicable maestría visual que se palpa a través de las imágenes, que en su lento juego con los colores, con la composición y con la luz, son capaces de recrearse en lo cotidiano y maravillarnos con escenas que de otra forma podrían parecer largas e infructuosas.
La banda sonora es otro elemento clave de este filme, que para dar un mayor estilismo a sus secuencias se apoya tanto en Vive la fête, como en Fever Ray y en un fabuloso cover de la canción de Nancy Sinatra, Bang Bang, interpretado por la cantante italiana Dalida, que otorga la atmósfera perfecta al mundo juvenil-hipster-canadiense que se presenta en la película.
Esta intensa reflexión sobre la obsesión amorosa y el mundo imaginario en el que se convierte nuestra percepción de la realidad, escrita y dirigida por Xavier Dolan, deja en claro que este chico es uno de los talentos más prometedores del panorama fílmico contemporáneo.

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