Happythankyoumoreplease (2010)

Dirigida, escrita y actuada por Josh Radnor, mejor conocido como el insufrible y sentimental arquitecto Ted Mosby de la popular serie How I Met Your Mother, nos llega Happythankyoumoreplease (todo juntito para que vean que hay un concepto detrás), otra película del popular género que hace a las chicas indie suspirar y a los chicos oportunistas follar, al que llamaré comedia romántica independiente de molde (CRIM).

Sorprendente es la similitud que existe entre la carrera de Radnor y la de Zach Braff, actor principal de la serie Scrubs quien también se dio a la megalomaníaca tarea de dirigir, escribir y protagonizar Garden State, su propia CRIM junto a Natalie Portman. Sin embargo, a pesar de dichas similitudes, el producto de Braff resulta ser mucho más valioso que el de Radnor, en primer lugar porque en ese entonces no había tantas CRIM y en segundo lugar porque sencillamente es mejor narrativa, histriónica y visualmente.
Los ingredientes para hacer una CRIM son muy sencillos. Primero que nada deben conseguir actores desconocidos o de bajo perfil, que tengan una imagen formada por trabajos previos de chicos hipsters, interesantes, depresivos o graciosos (en el sentido patético de la palabra). Una vez formado el reparto es tiempo de definir a los personajes. En el papel principal tiene que estar obviamente el chico más indie e interesante de todos, aunado a un rol social que sea igualmente interesante, lo que nos deja con las opciones de: músico, desempleado, escritor o arquitecto. Sin embargo, ese personaje principal no puede ser exitoso de ninguna manera, porque pasará toda la película intentando superar su miedo al éxito, su depresión crónica o su writers block, situación con la que incidentalmente enamorará a la chica de sus sueños.
El segundo ingrediente como podrán haber adivinado es la chica. No olviden que la chica no puede ser ni más inteligente, ni más preparada, ni más exitosa que nuestro personaje principal, porque somos muy indies pero seguimos con los mismos estereotipos sociales de toda la vida. Sin embargo, lo que si debe tener esa mujer de belleza misteriosa es el suficiente carácter para hacerse la difícil y conflictiva durante la hora y media que durará la CRIM.
Si ya han conseguido estos dos elementos principales lo demás es todavía más sencillo. Primero deben diseñar algo que junte a la mencionada pareja, preferentemente algún malentendido ridículo, que a pesar de desafiar la lógica de los espectadores, sea lo suficientemente creíble para no causar demasiadas risas que le quiten impacto al “mensaje” que desea transmitir el artista. En el caso de la película de Radnor este evento será el furtivo encuentro de Ted Mosby con un infante extraviado, que por una u otra razón no puede llevar a la policía y termina viviendo con él, dándole una necesaria “lección de vida”.
Felicidades, si han elaborado todo esto ya tienen el hilo conductor de su CRIM, ahora lo único que necesitan es llenarla con algunos personajes extra, con problemas secundarios de amor y personalidades que se salgan un poco de lo común, sin olvidarse de rociar todas estas historias con un poco de polvo hipster para mejores resultados.
El broche de oro de la CRIM viene con la banda sonora, así que deberán consultar al amigo que les hizo ese CD con canciones de Cornelius y Dinosaur Jr. para que los asesore respecto a música que acompañe bien las tomas de flores, coches en movimiento, caras melancólicas y lluvia que deben incorporar al relato.
Como siempre el final lo tienen abierto, ya que en las CRIM se permiten las conclusiones no del todo felices, de forma que pueden volverse locos con la libertad creativa que les da este punto. Una vez cumplido este último paso ya han creado su primera CRIM, solo no esperen que yo pague un boleto de cine para verla.

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