Escape from Tomorrow (2013)

El cine hollywoodense, hasta cierto punto, ha funcionado a lo largo de su historia como un gigantesco archivo antropológico que, con gran detalle, ha retratado hasta el hartazgo los miedos, las motivaciones, las modas, los anhelos, los amores y los odios de la clase media norteamericana. Es esa constante fuente de información la culpable de que con la sola mención de la palabra “gringo”, nos vengan a la mente cúmulos de características psíquicas y hasta físicas de un personaje anónimo pero profundamente norteamericano, producto del constante bombardeo mediático que día a día se hace de dicha cultura.

Randy Moore conoce perfectamente el impacto que la cultura de Estados Unidos ha tenido en el mundo, así como el estereotipo del norteamericano clasemediero que ha sido grabado de forma indeleble en el inconsciente colectivo mundial, y es precisamente gracias a ese profundo conocimiento de su nación y del estrato social que lo arropó durante su niñez, que Moore consigue ensamblar en su ópera prima una de las sátiras más atinadas y desquiciadas acerca de la psique norteamericana que se hayan visto en los últimos diez años.

Más conocida por su anecdótico proceso de filmación que por su contenido narrativo, Escape from Tomorrow fue la sensación mediática del más reciente festival de Sundance, en donde se publicitó desde la más absoluta secrecía como “the ultimate guerrilla film“. El misterioso lanzamiento del que muy poco se sabía, se presentó en su primera función con una asistencia modesta dentro de la sección Next del mencionado festival, la cual se dedica a exhibir filmes que logran un buen resultado con presupuestos extremadamente limitados. Sobra decir que la segunda función de la cinta, una vez recibidas las primeras impresiones de la prensa aventurada que fue a verla en el primer pase, estaba completamente abarrotada.

Filmada al más puro estilo “guerrilla” en los parques que Disney tiene en Florida y California, Escape from Tomorrow retrata el último día de vacaciones de una familia típica norteamericana en Disneyworld, justo después de que el jefe de familia recibe una fatídica llamada telefónica que le informa que ha sido despedido de su trabajo.

Lo que comienza como un rutinario día más en uno de los lugares más icónicos del capitalismo occidental, gradualmente adquiere tintes más perturbadores cuando el padre de familia comienza a ver visiones que atacan directamente sus miedos más profundos, al mismo tiempo que lo sumen en un estado de permanente excitación sexual que le permite abandonar, al menos por un instante, su fracasada vida familiar.

Montaña rusa en perpetua caída libre, Escape from Tomorrow es una experiencia profundamente perturbadora y surrealista, que echa mano de geniales destellos de imaginación y giros argumentales inesperados, para sumergir al espectador en un estado de permanente pesadilla, que deconstruye los valores más básicos de la norteamericanidad, para reordenarlos con mucha lucidez y de forma profundamente perversa, en un grupo de secuencias capaces de emular las potentes emociones de desasosiego provocadas, guardando las debidas proporciones, por cintas como Inland Empire o The Wicker Man.

Con un reducido grupo de producción, dos cámaras EOS 5D Mark II, una EOS 1D Mark IV y un presupuesto de US$600,000 obtenido gracias a una herencia, Randy Moore se introdujo durante tres intensas semanas en los parques Disney de Florida y California, para desarrollar una técnica que le permitiera filmar, de la forma más discreta posible, el complejo largometraje. Estudiando previamente la posición del sol, dado que no había posibilidad de introducir ningún tipo de iluminación artificial, desarrollando sistemas de vigilancia y distracción de los trabajadores del parque y aprovechando la discreción de las cámaras digitales utilizadas, consiguió terminarse con éxito la arriesgada empresa.

Mucho se especuló sobre el proceso de demandas que iniciaría Disney contra la película una vez estrenada en Sundance, sin embargo, hasta el momento, parece que la estrategia de la popular casa de entretenimiento infantil ha sido la de ignorar por completo a la cinta para no otorgarle mayor publicidad, y probablemente bloquear los intentos de difusión de la misma, que hasta el momento sigue sin encontrar un canal masivo de distribución.

Interesante, imaginativa y profundamente perturbadora, Escape from Tomorrow es una experiencia cinematográfica que merece publicitarse de boca en boca, no sólo por su arriesgado método de filmación, o la gran actuación de Roy Abramsohn como el padre de la disfuncional familia, sino por su interesante argumento, cargado de brillantes alegorías de esa cultura que, nos guste o no, tenemos profundamente implantada, cual virus mutante, en la cabeza.

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