Jörg Buttgereit es uno de esos directores que, de forma un poco inexplicable, han generado un culto que supera por mucho la trascendencia de sus obras.
Desde el lanzamiento de Nekromantik, Buttgereit conquistó el corazón de todos los fieles seguidores del cine gore extremo, con un acercamiento interesante, que pretendía generar una cinta extremadamente violenta con aspiraciones filosóficas y artísticas. A pesar de que dicha oda a la necrofilia resulta ser un lento relato, construido con torpeza y enfocado a impactar al espectador con su shockeante conclusión, Nekromantik corrió como reguero de pólvora en el mercado cinematográfico underground y Buttgereit se convirtió en una de las figuras más prometedoras del cine extremo.
Der Todesking es el segundo largometraje de Buttgereit, que funciona como un intermedio creativo justo antes de la filmación de la segunda parte de Nekromantik y que al más puro estilo del director alemán explora el tema del suicidio.
La narrativa de Der Todesking se divide en siete partes, representando cada una un día de la semana y una historia diferente, en donde se exploran los diferentes estados psicológicos que motivan el suicidio, haciendo énfasis en la cruenta violencia asociada a ellos.
Todas las historias se hilan con un excelente soundtrack, que tal vez sea el mayor acierto de la película y con un repetitivo puente fílmico que retrata el gradual proceso de descomposición de un cadáver.
La construcción de las escenas y las actuaciones son completamente amateurs y por si fuera poco, nuevamente se pone de manifiesto la incapacidad de Buttgereit para crear cualquier tipo de diálogos, ya que la película se desarrolla casi en su totalidad sin ellos, con excepción del único relato verdaderamente bueno de los siete que se presentan.
Una vez más las pretensiones de Buttgereit se ven opacadas por su poca habilidad para concretar sus ideas y transmitirlas, perdiéndose en secuencias que al parecer intentan reflejar algo realmente profundo, pero que realmente no logran conectar en absoluto con el espectador, dando como resultado una serie de cortometrajes predecibles, pésimamente filmados y que a pesar de su corta duración parecen eternos.
En definitiva, Der Todesking es una cinta únicamente apta para los verdaderos fanáticos de Jörg Buttgereit, personas a la que tal vez nunca logre comprender.