Cuando escuchamos el término Stop-Motion, lo primero que nos viene a la cabeza es el clásico “A Nightmare Before Christmas”, que además de contar con el magnífico guión de Tim Burton, revolucionó las técnicas del complicado proceso fílmico de la animación cuadro por cuadro. Sin embargo, aunque Burton se llevó todo el crédito dentro de esa gran película, la realización hubiera sido imposible de no contar con la dirección de Henry Selick, el otro artista atormentado que logró coordinar la gran maquinaria para convertir en realidad el guión de Burton.
Dieciséis años después de su tremendo éxito con las aventuras de Jack, Selick estrena su cuarto largometraje como director, con la diferencia de que por primera vez el guión es completamente suyo (aunque adaptado de la novela homónima de Neil Gaiman).
Coraline cuenta la historia de una chica de once años, que se muda junto con sus padres escritores a una casa que fue dividida en partes para convertirla en una pensión. Conforme la historia transcurre, conocemos poco a poco a los inquilinos de esta peculiar pensión, incluyendo a los padres de Coraline que absortos en su trabajo no le prestan ni un momento de atención. El hilo conductor de la historia comienza cuando Coraline descubre un pasadizo a una especie de dimensión bizarra, habitada por clones de sus padres pero que al contrario de los verdaderos, tienen botones por ojos y la tratan como una princesa. Poco a poco el mundo fantástico va degenerando (debido a situaciones que no contaré) y la situación comienza a convertirse en una pesadilla.
En conjunto la cinta es fantástica, mutando poco a poco de una película inocente a una que termina siendo como un viaje de ácidos francamente perturbador, con escenas que no son muy infantiles que digamos, pero que muestran una imaginación desbordante sumamente disfrutable, alejándose de las recurrentes ñoñeces de las cintas animadas.
Todo esto aunado a las logradísimas voces de Dakota Fanning y Teri Hatcher, a un excelente soundtrack Burtonesco y a unos efectos visuales realmente impresionantes, tan pero tan elaborados que simplemente no puedo imaginar como los hicieron con stop-motion. Para que se den una idea, se utilizaron las últimas tecnologías en impresión de modelos CAD en 3D y gracias a esto, los personajes podían representar 208,000 expresiones faciales.
En resumen, Jack debería estar preocupado, porque objetivamente hablando Coraline es tan buena como él.