La vida productiva del actor de cine es un complejo azar que ha sido analizado en reiteradas ocasiones dentro de la industria cinematográfica. Tan solo en el 2014 se estrenaron Birdman y Maps to the Stars, dos piezas extraordinarias que, desde su muy particular trinchera, exploran los altibajos de las carreras de esos hombres y mujeres a los que idolatramos en pantalla, pero que olvidamos en un abrir y cerrar de ojos al salir del cine.
Acompañada por su devota asistente, interpretada con brillantez por la otrora sosa Kristen Stewart (vaya sorpresa), la veterana actriz analiza el texto que la convirtió en celebridad a partir de los ojos de la mujer madura, experimentada y cada vez menos famosa en la que se ha convertido. Texto que gradualmente comienza a abandonar el papel y a reflejarse en la cotidianidad de las dos mujeres que, en busca de la más completa paz para ensayar, se encuentran recluídas en una alejada cabaña en medio del bosque.
El brillante duelo de actuaciones entre Stewart, Binoche y Chloë Moretz, quien interpreta a la chica escogida para ser la actriz joven del remake, es únicamente posible gracias al extraordinario guión escrito por Assayas, en el que además de abordar con gran sensibilidad el conflicto de la estrella que comienza a apagarse, realiza una brillante crítica al estado actual de la industria cinematográfica y a la forzada significancia que se le da a la cultura pop.
El experimentado fotógrafo francés Yorick Le Saux (Only Lovers Left Alive; Swimming Pool), consigue aprovechar los idílicos paisajes de la localidad suiza de Sils Maria, así como el fenómeno nebular que da título al filme, para constreñir a actriz y asistente en un mundo poblado únicamente por sus más recónditas pulsiones, mediante poderosos elementos visuales que por momentos introducen al melancólico drama en el territorio del thriller psicológico.
Brillante y maravillosamente patética, Clouds of Sils Maria es el regreso de la mejor versión de Olivier Assayas, así como uno de los filmes indispensables del 2014.