¡Que viva México! (1932)
Tres indígenas mexicanos están de pie sobre un montículo de tierra. Con el torso desnudo y la mirada perdida, los fornidos campesinos se yerguen junto a los agujeros que instantes antes cavaron frente a los rostros de sus captores. ¿Habrá una sensación más desoladora que la de cavar con las propias manos la tumba que …