Conocí a Gaspar Noé hace varios años, en una de esas grandes casualidades que rara vez se dan, yendo a comprar la edición especial de The Deer Hunter de Michael Cimino en una tienda cercana a mi casa.
Había ahorrado una buena cantidad de dinero para comprar la épica pesadilla de guerra protagonizada por De Niro y Walken, pero una hora después me encontraba con la sorpresa de que había gastado todo mi dinero en un DVD importado, maltratado y carísimo titulado Seul Contre Tous, que por alguna bizarra razón decidí adquirir. Mi sorpresa fue mayúscula al encontrarme con la que se convertiría en una de mis películas favoritas y al descubrir a un director argentino/francés absolutamente increíble.
Carne es precisamente el primer esfuerzo verdaderamente fílmico realizado por Gaspar Noé, que funciona como un brutal prólogo de Seul Contre Tous y que durante sus 38 minutos cuenta la historia de un carnicero francés que lo único que sabe hacer es cortar y vender carne de caballo en un suburbio de clase baja.
El carnicero, que interpreta magistralmente Philippe Nahon, tiene una hija autista con una mujer que lo abandona, por lo que decide cuidar a la niña dejándola con una niñera en las mañanas y conviviendo con ella en las noches. El tiempo pasa y la niña comienza a crecer, desarrollándose físicamente pero permaneciendo en un estado completamente autista. Fortuitamente la pesadilla se desata cuando el día en que tiene su primera regla unos vecinos la encuentran junto a un albañil y al ver la falda manchada de sangre piensan que la ha violado.
Carne es un cortometraje perfectamente escrito, con diálogos brutales e imágenes altamente hirientes aún para los públicos más experimentados, que plantea de forma magistral el sentimiento irracional de la venganza y explora sin autocensura los deseos y anhelos de este paupérrimo carnicero que se parece más a nosotros de lo que quisiéramos admitir.
El soundtrack, compuesto por un sonido característico súbito que se repite sin tregua con cada cambio de escena, es una muestra del tipo de innovación de impacto que pretendía Noé, así como los enormes letreros de aviso que aleatoriamente salen a lo largo de la cinta y que golpean duramente a la audiencia con sus cuestionamientos.
Ganadora de la Palma al mejor cortometraje en Cannes (1991), esta obra es un referente indispensable para aquellos que disfrutan la filmografía de Noé y en general para todo aquel que disfrute el cine como experiencia visceral e intelectual.
Como no existe un trailer de este cortometraje les dejo la impactante primera parte.