El dubstep, con su sonido frenético, repetitivo y brutal, directamente salido de las alcantarillas del Bristol más avant-garde, taladra los oídos de los espectadores que asisten a la proyección de Attack the Block, la ópera prima de Joe Cornish, que ha logrado lo que nadie había conseguido este año: hacerme vibrar con una cinta de acción pura y dura.
Los extraterrestres han decidido aterrizar en un barrio del sur de Londres, donde grandes desarrollos inmobiliarios albergan a miles de jóvenes marginados, que poco o nada tienen que ver con el glamour de Notting Hill o el barrio hipster de Camden, y que pasan sus días entre la realización de actos vandálicos, la venta de sustancias ilegales, robos a mano armada y mucho dubstep, mientras sus padres, raíces de la clase media británica, atienden sus monótonos y mal remunerados trabajos.
Utilizando inicialmente la premisa planteada por Neil Bloomkamp en la célebre District 9, que ubicaba una invasión extraterrestre en una zona socialmente deprimida, precisamente para combinar elementos de acción con una fuerte crítica social, el director Joe Cornish decide minimizar el aspecto sociopolítico de su filme, para concentrarse en hacer una verdadera película de acción, con una historia simple pero sólida, con anti héroes creíbles perfectamente diseñados para conectar con el sector más “cool” de la juventud y con una de las mejores bandas sonoras que se escucharán en el 2011.
Un grupo de delincuentes juveniles se enfrentan durante una larga noche a la fulminante invasión alienígena que amenaza el barrio donde viven. Sin dar tregua, los salvajes extraterrestres de innovador aspecto descuartizarán a todo aquel que se interponga en su camino, ignorando la compasión por personajes secundarios o aquellos que creemos principales y que en un abrir y cerrar de ojos desaparecen bajo las luminiscentes fauces de los visitantes.
El vertiginoso ritmo de la cinta, al que contribuye de forma espectacular la banda sonora que los chicos de Basement Jaxx y Steven Price elaboran, está aderezado con las correctísimas actuaciones de un elenco extremadamente joven, compuesto por chicos mayoritariamente primerizos, que nunca se sienten forzados o fuera de lugar y entre los que evidentemente destaca el trabajo de John Boyega como el líder de los desvergonzados vándalos.
Attack the Block es una película plagada de momentos épicos de acción, que se ahorra las mojigaterías y clichés a los que nos tiene acostumbrado este tipo de cine y que retrata a la subcultura que habita en las cloacas del “cool” londinense desde un punto de vista pocas veces abordado. No se puede pedir más.