Irónicamente, el punto más alto de la popularidad del escultor, documentalista, arquitecto, fotógrafo y artista de performance chino Ai Weiwei, ocurrió durante su arresto en abril del 2011, en China. Aquel artista que había participado activamente en el diseño del famoso “nido de pájaro” construído por los arquitectos suizos Herzog y de Meuron para las olimpiadas chinas del 2008; aquel contestatario que se había atrevido a hacer una impactante instalación en memoria de los niños muertos en el sismo de Sichuan, denunciando con fuerza la irresponsabilidad del gobierno chino en la catástrofe; y aquel genio criminal que dejó caer una urna de la dinastía Han al suelo, partiéndola en mil pedazos para señalizar la urgencia de una renovación artística en el panorama artístico chino, había desaparecido después de ser apresado por uno de los gobiernos más esquivos en cuestiones de derechos humanos y libertad de expresión.
Never Sorry, documental con el que Alison Klayman debuta como directora, podría dividirse en tres actos narrativos primordiales. El primero se muestra como una sentida semblanza de la infancia de Ai Weiwei, marcada irremediablemente por la revolución cultural china en la que su padre, un connotado poeta que triunfó antes del ascenso de Mao Zedong al poder, es condenado junto a su familia a las peores vejaciones en pos de su “reeducación”. Potentísimo trauma que ayuda a comprender los derroteros por los que el artista chino caminaría años después.
El segundo acto presenta a Ai Weiwei en su plenitud, detallando su evolución creativa, así como sus proyectos más emblemáticos, y deteniéndose a analizar la peculiar dinámica sentimental, hasta cierto punto polígama, del controvertido artista.
Finalmente, el tercer acto revela la intensa lucha de ese pensador contestatario contra uno de los regímenes políticos más autoritarios sobre la faz de la tierra, detallando sus legendarios exabruptos en contra de las fuerzas policiales del país, su activa participación mediática en la red social Twitter, y su posterior encarcelamiento y desaparición durante tres meses.
Ágil compilado de secuencias de archivo, combinadas con entrevistas y momentos de la vida de Ai Weiwei filmados por la propia Alison Klayman, Never Sorry resulta un documento indispensable para aquellos asiduos a la obra del renombrado artista chino, y un filme lo suficientemente efectivo como para cautivar a aquellos que jamás han escuchado de la vida y milagros de Ai Weiwei, erigiéndose como una cinta versátil y de fácil lectura, sobre uno de los grandes estandartes del mundo del arte en China, pero sobre todo, acerca de uno de los más grandes promotores de la defensa de la libertad de expresión alrededor del mundo.