Dirigida por Fernando Meirelles (Cidade de Deus), la adaptación de la célebre novela de José Saramago “Ensaio sobre a cegueira”, tristemente se queda en el grupo de películas que adaptan mediocremente una novela.
El problema es que, aún evitando toda comparación con el libro, la película en sí misma simplemente no funciona. Esto debido a que, por alguna razón, las actuaciones siempre se quedan dentro de un velo de irrealidad, que aisla emocionalmente al espectador de lo que está sucediendo, con lo que incluso los momentos más intensos de la trama pierdan una gran fuerza.
La película adapta de forma bastante fiel el texto de Saramago, que cuenta la historia de una epidemia de ceguera que se esparce súbitamente y sin control a través de una ciudad.
En un intento desesperado por contener la extraña patología, las autoridades comienzan a generar campos de concentración para aislar a los infectados y evitar el esparcimiento de la enfermedad. Todo esto provoca que dentro de dichos campos, se genere una especie de experimento social donde el orden civil y moral se pierden por completo, dando lugar a comportamientos primitivos y atroces dignos de los días más primitivos de la existencia humana.
En realidad, como pueden ver, la trama es realmente interesante y con el guión ya establecido de la novela se hubiera podido hacer un producto final mucho más logrado. Incluso los manejos de cámara son bastante innovadores, para dar al espectador esa percepción de hipersensibilización de los sentidos debido a la ceguera. Sin embargo, todos estos aspectos positivos no pueden superar la desventaja del mal cúmulo de actuaciones (cosa sorprendente tomando en cuenta el desfile de estrellas con el que cuenta el reparto), destacando entre ellas la de Danny Glover que me pareció francamente nefasta.
En conclusión, me parece una película totalmente prescindible, cosa que es una pena, ya que Meirelles ha dado grandes pruebas de su talento como director en sus intervenciones previas. Esperemos que escoja mejor su siguiente proyecto.
