Antes que nada deben saber que soy un acérrimo fan de las películas de zombies. No importa si son infectados o realmente muertos vivientes, esas criaturas irracionales sedientas de sesos y carne humana siempre han ocupado un lugar especial en mi corazón.
A lo largo de la historia se han hecho innumerables filmes que abordan el problema zombie. Desde la fabulosa White Zombie (1932), protagonizada por Béla Lugosi, en la que los zombies eran causados por una maldición vodoo, el origen de estos peculiares personajes ha ido evolucionando de la magia a la radiación y finalmente a causas contemporáneas más plausibles como extraños virus.
El género zombie engloba prácticamente todos los géneros cinematográficos, ya que al respecto se han hecho desde los dramas más sobrecogedores hasta las comedias más risibles, como la que en esta ocasión nos presenta Ruben Fleischer.
Este joven director, que antes se dedicaba únicamente a hacer videoclips, ha conseguido realizar con Zombieland una divertida comedia, que a pesar de tener altibajos, logra sacar grandes carcajadas y crear momentos dignos de pasar a la historia del género no-muerto.
La película tiene como protagonistas a Woody Harrelson, como un renegado cuyo único placer es matar zombies y a Jesse Eisenberg, como un gran nerd que domina las reglas clásicas para sobrevivir al apocalipsis de estos violentos infectados con la enfermedad de las vacas locas. El peculiar dúo se embarca en una aventura por las carreteras norteamericanas para llegar a un sitio libre de infectados, encontrando en el camino a dos hermanas que les complicarán un poco la vida.
Zombieland está llena de los clichés que todos hemos visto en los filmes normalonas de zombies, sin embargo el acierto viene en el diseño de las escenas, que aunque muchas veces nos remiten al trabajo anterior de este director de videoclips, terminan dando en el clavo y siendo muy divertidas.
La cinta da inicio con una gran secuencia de créditos que quedará para el recuerdo y después transcurre en un nivel de calidad medio/entretenido hasta llegar a los tres cuartos de esta, donde ocurre un evento sorpresa que no contaré, pero que pasará sin duda a los anales de las mejores situaciones de zombies llevadas a la pantalla (lo digo completamente en serio). Una vez acontencido este hecho, que funciona como un evento aislado dentro del filme, la película vuelve a la normalidad y concluye dejando al espectador entretenido y satisfecho.
En su conjunto Zombieland no es la octava maravilla zombie y a mi parecer desaprovecha algunos elementos de su planteamiento, pero si son fanáticos de estas violentas criaturas y quieren pasar un buen rato esta cinta sin duda es para ustedes.