Una mujer con los ojos vendados va tranquilamente sentada en el asiento de un coche. Por la ventana se alcanza a ver un paisaje que poco a poco pasa de ser citadino a claramente campestre, hasta que finalmente el coche se detiene en un lugar visiblemente apartado de la civilización, donde el conductor del automóvil guía a la mujer hasta la habitación de un joven que en silencio se ejercita. Sin una sola palabra el chico y la visitante se desnudan, se sientan en la cama y luego fornican de forma absolutamente mecánica.
La escena con la que Giorgos Lanthimos decide iniciar la increíblemente cruel y perturbadora Dogtooth, resume a la perfección el estilo y el fondo que le ha merecido a esta película un mar de elogios y la conquista del Un Certain Regard en el festival de Cannes.
El temor a la corrupción y maldad que impera en el mundo exterior es la excusa que toma un padre para aislar completamente a sus hijos desde el nacimiento con ayuda de su esposa, creando un mundo grotesco fundamentado en el miedo a lo que se encuentra detrás de los grandes muros que delimitan el jardín de la casa.
El padre, que funge como proveedor y Dios del microcosmos, es el único que tiene permitido abandonar la casa todos los días para trabajar en una fábrica, mientras que sus hijos son educados con una serie de valores perversamente conservadores, en donde incluso la sexualidad se reduce a un acto salvajemente mecánico.
Tomas completamente austeras plagadas de colores fríos, una casi completa ausencia de soundtrack y secuencias con cámara fija completamente voyeuristas, contribuyen a crear la atmósfera de una cinta que ha puesto nuevamente a Grecia en el mapa del cine contemporáneo
Este cruel cuento que nos remite inmediatamente a la temática de El Castillo de la Pureza de Arturo Ripstein, es ejecutado por Lanthimos de forma fría, calculadora y perfecta, para dejar al espectador totalmente helado con las magníficas interpretaciones de los cinco protagonistas, que por más que lo intentan no pueden negar su naturaleza humana. Ha pasado ya un día desde que vi este filme y todavía me provoca escalofríos.