Obsesionado por el género fantástico, Guillermo del Toro siempre ha sido un cineasta ambicioso, que a pesar de haber nacido en un país donde la realización fílmica debe pasar por tortuosos caminos para conseguir un financiamiento apenas decente, logró reunir a un grupo de inversionistas que decidió arriesgarse para producir la primera de sus cintas, que por fortuna sería un rotundo éxito.
Cronos es la historia de un antiguo artefacto creado en tiempos inmemorables, que según la leyenda puede conceder la vida eterna, pero que eventualmente trae la desgracia a aquellos que se atreven a utilizar sus poderes. El artefacto, creado por un alquimista, es encontrado por un anticuario mexicano dentro de la estatua de un ángel, sin embargo un poderoso empresario obsesionado con la inmortalidad está dispuesto a todo para encontrar y poseer tan preciado objeto.
Ganadora de una marejada de Arieles y del premio al mejor guión y mejor actor del festival de Sitges, Cronos fue un evento realmente importante dentro de la historia del cine mexicano, que revivió la esperanza de poder realizar una buena película de fantasía/terror con un presupuesto relativamente pequeño.
Rodeado de actores de gran trayectoria como Federico Luppi, Claudio Brook y Ron Perlman, del Toro logró elaborar una excelente historia de vampiros con gran solidez, grandes escenas de acción y un toque poético muy disfrutable pocas veces visto en este tipo de cintas.
Arquetipos claros como el bondadoso abuelo, el malvado rico y el bruto ayudante encargado de hacer el trabajo sucio, no son un impedimento para disfrutar esta película, que con su preciosismo visual y su divertida propuesta, dejará satisfecho a cualquier aguerrido fanático del cine de vampiros o fantástico en general.