Así como hay un mercado cautivo de gente que está dispuesta a ver todas las comedias románticas que se estrenen en el cine, de igual forma existen personas obsesionadas por ver todo lo que se ha filmado acerca del tema zombi. Todos los años hay al menos cinco películas que reviven la temática y dan gran placer a las legiones de aguerridos fanáticos de George A. Romero, dispuestos a tragarse cualquier historia con tal de ver a sus cadáveres favoritos merodeando las calles en busca de carne humana.
Tripas, sesos, miembros amputados, canibalismo y galones de sangre son los ingredientes principales de estas cintas que ponen el cerebro del espectador en modo automático. El tema ha sido ya tantas veces tratado, que en muchas ocasiones ni siquiera se explica el origen de los engendros y simplemente se coloca al espectador en hora y media de acción desaforada. Un cine sin imaginación, aburrido, repetitivo, pero que ha probado ser extremadamente funcional.
El joven director Edgar Wright, después de dirigir una parodia del género western titulada A fistful of fingers, decidió no arriesgarse demasiado y mantenerse en el territorio de la comedia paródica con Shaun of the Dead, película dirigida completamente a los amantes de la temática zombi, que al igual que su más reciente cinta Scott Pilgrim vs the world, confía mucho más en las referencias a cintas y objetos de culto del género, que en la historia del filme.
Mucho se ha aplaudido el trabajo de Wright en Shaun of the Dead, convirtiéndose esta cinta en un producto reverenciado por propios y extraños del género, pero que si se analiza fríamente resulta mucho menos interesante de lo que inicialmente podríamos pensar.
La historia sigue la travesía de Shaun, dependiente de una tienda de electrodomésticos, a través de un Londres infestado por muertos vivientes mientras intenta poner a salvo a su novia, a su madre y a sus amigos . No hay nada más, toda la cinta transcurre entre momentos chuscos de un humor muy simple, secuencias de acción con un gore mesurado y algunas referencias a obras y directores clásicos del género como Evil Dead o Lucio Fulci.
Mucho se ha mencionado la acertada crítica social del filme y la gran idea de mezclar humor con imágenes de gran violencia, sin embargo más de la mitad de las cintas de zombis se basan en esas dos premisas. Desde Dawn of the dead el manejo de la crítica social expuesta por los zombis ha sido el mismo, y honestamente prefiero el humor involuntario de las películas de bajo presupuesto de los ochentas, con su violencia exagerada, que los forzados gags de Shaun of the Dead que Wright escribió junto a Simon Pegg, quien también interpreta al protagonista.
A pesar de todo les recomiendo que no hagan mucho caso de esta crítica, ya que aparentemente pertenezco al ínfimo porcentaje de espectadores que no disfrutó la cinta, de forma que tendrán que juzgar ustedes mismos si en verdad esta obra está a la altura de los halagos que ha recibido. Yo personalmente soy un declarado fan de los zombis (e infectados) y comienzo a estar un poco harto de la falta de ideas y exploración sobre un tema que puede resultar extraordinario y que por desgracia no ha visto una buena creación fílmica desde 28 days later.