The Thing… La cosa. Imposible no tomar con humor simple el título de uno de los pilares de la filmografía de John Carpenter. Una re exploración de la novela Who Goes There? de John W. Campbell, que Howard Hawks y Christian Nyby ya habían llevado a la pantalla en The Thing from Outer Space a principios de los años cincuenta, que a pesar de su fracaso en taquilla por la directa competencia que tuvo que realizar ese año con el E.T. de Spielberg, colocó a Carpenter como uno de los exploradores más sesudos del terror sociológico.
Ubicada en la Antártida más profunda y montañosa, en un escenario que parecería directamente extraído de algún relato de terror lovecraftiano, The Thing homenajea a la película original de Hawks con su secuencia inicial, para apartarse inmediatamente después de ese tono Sci-Fi antiguo de bajo presupuesto y entrar de lleno en la narrativa de la cinta, la cual abre con una escena magistralmente filmada, donde Carpenter libera su inventiva visual, mediante un apabullante despliegue estético que funciona como un preámbulo para la terrorífica avalancha narrativa que se desatará durante el metraje.
Apoyándose plenamente en un joven Kurt Russel y en un elenco dentro del que destaca el siempre excelente Keith David, el guión narra la intensa batalla de un grupo de científicos radicados en una estación perdida en el polo sur, en contra de un extraño ser capaz de imitar la forma de cualquier especie con la que esté en contacto directo.
El experimento social de la cinta radica en la imposibilidad de los protagonistas para detectar cuál de los científicos es humano y cuál es una de las imitaciones realizadas por las células extraterrestres. Hecho que detona una gran cantidad de situaciones límite que ponen a prueba la convivencia de esos hombres que, inmersos en un aislamiento total, son incapaces de confiar mas que en sí mismos.
El festín de intrigas y sospechas que poco a poco se ensambla entre la nieve queda aderezado por magníficas secuencias de acción, en las que los científicos deben luchar contra las abominaciones que se generan durante el proceso de copiado hecho por las células alienígenas, lo que desemboca en auténticos festines de sangre, tripas y geniales momentos de desbordante imaginación gore.
Mientras la impecable banda sonora compuesta por el legendario Ennio Morricone hace vibrar la pantalla con sus graves ritmos de sintetizador, los desesperados humanos se debaten entre los métodos para combatir a una amenaza que de esparcirse en la tierra podría significar la destrucción del ser humano, a lo largo de una interminable cadena de sucesos que mantienen a cualquier espectador en la más absoluta tensión.
The Thing, primera parte de la Apocalypse Trilogy, es un filme magistral que me hace anhelar el genio del Carpenter más inspirado y que a pesar del paso de los años sigue tan fresca y original como siempre, convirtiéndose definitivamente en un verdadero clásico.