Tinker Tailor Soldier Spy (2011)

El fin de la guerra fría y la forma en la que los conflictos bélicos se desarrollan hoy en día, han destruido el gusto y la obsesión del público por los filmes de espías que fueron tan prolíficos hace unas cuantas décadas. A pesar de todo esto, de vez en cuando llegan a surgir reminiscencias de aquellos hombres y mujeres dedicados a investigar y espiar para evitar cataclismos que los ciudadanos ordinarios nunca sospecharían.

Tomas Alfredson, el director detrás de la extraordinaria Let the Right One In, fue el elegido para adaptar una de las novelas de espionaje que más elogios han recibido a través de los años, Tinker, Tailor, Soldier, Spy, escrita por John le Carré, cuyo impacto mediático motivó una exitosa miniserie de la BBC con el mismísimo Alec Guinness en el papel principal.
Si el elenco de la miniserie era irrepetible, el de esta nueva adaptación fílmica no se queda atrás, colocando a actores de la talla de Colin Firth, John Hurt, Tom Hardy y Gary Oldman, bajo las órdenes de un Alfredson visualmente inspiradísimo, capaz de manufacturar escenas cuya atmósfera envuelve por completo al espectador, trasladándolo a un universo en el que hasta el más insignificante detalle puede ser detonador de un giro en la historia y donde todos los personajes ocultan con recelo sus más profundas intenciones.
Esa brillante atmósfera con la que Alfredson dota a la cinta, tiene su contraparte en el pobre guión adaptado que Bridget O’Connor y Peter Straughan hilan con mano torpe, creando una especie de caos semicontrolado que se apoya completamente en la sugerente cámara de Hoyte Van Hoytema, pero que dosifica la historia de forma tan críptica al espectador que éste invariablemente termina por perder el sentido de un argumento que no es complejo en sí mismo, pero que gracias a la incapacidad narrativa del filme pierde todo atisbo de tensión, comprensión e interés.

A grandes rasgos, la historia se centra en un grupo de hombres que forman parte de la célula de inteligencia más elevada de Inglaterra durante el apogeo de la guerra fría en los años setenta. Dichos expertos sospechan, por el fallo de una operación encubierta, que hay un infiltrado entre ellos, el cual se dedica a anticipar los movimientos del grupo a sus enemigos y a proporcionar información falsa que distraiga la atención de los verdaderos secretos políticos.

Como podrán sospechar, todo el filme se ocupa de la investigación que sigue el parco personaje principal interpretado por Gary Oldman, cuya nominación al Oscar a mejor actor sólo evidencia las limitaciones intelectuales de “La academia”, con vistas a descubrir cuál de todos sus compañeros es el terrible espía infiltrado.

En su afán por reproducir una historia innovadora que repudia en su esencia el concepto del espía a la Bond, redefiniéndolo como un personaje real que pasa más tiempo maquinando estratagemas diplomáticas que ocasionando explosiones, esta adaptación de Tinker Tailor Soldier Spy intenta utilizar un método narrativo de vanguardia, cuyo pésimo manejo deviene en que la película fracase rotundamente y se convierta en una de las grandes decepciones del año.

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