Le passé (The Past) (2013)

Una de las personalidades más importantes del 2012 en el mundo del cine fue sin lugar a dudas el director iraní Asghar Farhadi, quien unificó a la crítica con su brillante drama A Separation, y se apoderó tanto del Oscar como del Golden Globe a mejor película extranjera. Dos años después del estreno de su última cinta, Farhadi regresa con otro drama que inicialmente se presenta con un argumento muy en el estilo de lo que había mostrado en A Separation, pero que gradualmente se transforma en una bestia con vida propia, magnífica e impredecible.

Del mismo modo que en A Separation, Farhadi vuelve a colocar a una pareja en vías de consumar su divorcio como el núcleo central de la trama. Sin embargo, en esta ocasión, el trámite que marca el fin de la tormentosa relación entre Ahmad, un iraní interpretado por Ali Mosaffa, y Marie, una francesa a la que da vida la, ahora sí, deslumbrante Bérénice Bejo, quien saltó a la fama por su papel en The Artist, es apenas el inicio de una historia que se irá desdoblando a través de la impecable maestría narrativa de Farhadi, quien gradualmente descubrirá, para asombro y deleite del espectador, una enorme cantidad de giros narrativos que, por momentos, pareciera acercar el filme más al terreno del thriller que a su principal faceta de drama intimista.
Le passé es una de esas obras que se disfrutan con mucha mayor intensidad cuando no se conoce el devenir de la historia con anticipación, de forma que la única sinopsis posible para no arruinar el primer encuentro con el filme es la que se hace en el párrafo anterior. Sin embargo, lo que sí puede comentarse es la extraordinaria capacidad de Farhadi para dosificar la información de una trama que podría contarse en tres líneas, pero que se convierte, gracias a la depurada técnica narrativa del iraní, en un intenso entramado emocional cuyos protagonistas se exponen, sin excepción alguna, en escenarios completamente creíbles que tratan por todos los medios de evitar ese maniqueísmo, al que estamos tan acostumbrados, donde los héroes y villanos de la historia se pintan en blanco y negro y son completamente identificables dentro de los primeros diez minutos de metraje. 
Ayudado por los brillantes manejos de cámara de Mahmoud Kalari, con quien Farhadi ya había trabajado en A Separation, el filme cimienta su universo en las actuaciones de cinco estupendos actores, Bérénice Bejo, como la mujer en disputa; Ali Mosaffa como el antiguo marido; el talentosísimo Tahar Rahim, quien había maravillado en Un Prophète y lo vuelve a hacer en Le passé, como el nuevo novio de Bejo; Pauline Burlet como una de las hijas de la protagonista; y finalmente el pequeñísimo Elyes Aguis, quien a pesar de su edad y de su fugaz participación en la cinta, regala una interpretación digna de reverencia.

Profundamente inspirada, Le passé es una película que confirma a Farhadi como uno de los grandes retratistas de la cotidianeidad del hombre moderno, como uno de los directores más capaces en cuestiones del manejo histriónico de sus actores, y como una de las plumas más dotadas al momento de escribir guiones que entreveran realidades a las que prácticamente cualquier espectador puede remitirse y, en su mente, mientras ve la cinta en la oscuridad de una sala, asumir en todo momento las imágenes y los comportamientos representados como reales.

Lo que Farhadi muestra en pantalla es real; lo sabemos porque hemos vivido situaciones similares, porque conocemos e identificamos aquello que puede formar parte de la vida que llevamos día tras día. No hay nada más difícil que vender una imagen falsa de un universo a alguien que día tras día forma parte de ese universo, pero para nuestra fortuna, Farhadi lo consigue, impregnando a su obra del sentimiento con el que asociamos eso tan vago e inasequible a lo que llamamos “realidad”.

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