Edge of Tomorrow (2014)

Tras haber protagonizado Oblivion, su primera cinta de ciencia ficción desde la celebrada War of the Worlds, Tom Cruise, una de las más grandes súper estrellas hollywoodenses (si no es que la última gran superestrella en el sentido más amplio de la palabra), decidió permanecer en el departamento de la ciencia ficción para protagonizar Edge of Tomorrow, filme dirigido por Doug Liman, un cineasta más bien mediano que fue responsable de aquel bodrio titulado Mr. and Mrs. Smith hace ya casi una década, y que fungió como productor de la exitosa serie de cintas de acción Bourne. Lo anterior poco importa, ya que Edge of Tomorrow es un filme de Tom Cruise, y Liman hace las veces de un director de encargo, cuyo trabajo no es transmitir atisbo alguno de estilo personal o creatividad, sino hacer brillar a un hombre, a una súper estrella.

Curiosamente, Edge of Tomorrow, a pesar de tener una trama bastante disímil de la presentada en Oblivion, vuelve a explotar el mismo patrón de remix narrativo del que ésta última se valía para hilar una historia que abrevaba de decenas de cintas de ciencia ficción, sin temor alguno por mostrar sus referencias, generando un licuado conceptual bien ejecutado y entretenido.

Es de esa forma que Edge of Tomorrow se apropia del concepto central de la eterna repetición exhibido en cintas como Groundhog Day, de Harold Ramis o Run Lola Run, de Tom Tykwer, con la diferencia de que Tom Cruise es un Sísifo futurista que debe morir una y otra vez a manos de un ejército de voraces alienígenas, hasta conseguir encontrar su punto débil y derrotarlos.

La trama, que en todo momento remite al espectador al eterno renacer del héroe de un videojuego, funciona gracias al inmortal carisma de Tom Cruise, que con cada repetición memoriza la secuencia de los acontecimientos que habrán de ocurrir, asumiendo el papel de un adorable oráculo que debe convencer al personaje de Emily Blunt, la soldado más aguerrida del ejército, para que lo ayude en su repetitiva aventura.

En cuanto a su estilo visual, Edge of Tomorrow recicla con bastante habilidad conceptos que se han manejado durante décadas en el cine de ciencia ficción. Desde los trajes de combate, directamente sacados de esas armaduras gigantes operadas por humanos en The Matrix, que a su vez eran adaptaciones del célebre montacargas de la segunda parte de la saga Alien, hasta la fisionomía de los alienígenas, que en su fluidez se asemejan bastante a los calamares mecánicos de The Matrix, y en su complexión a una combinación entre los insectos de Starship Troopers y alguna mega alimaña de la saga de videojuegos Resident Evil, el filme extrae tantas cosas de tantos sitios que termina por parecer un producto original, todo lo anterior sin contar la polémica relacionada con lo que algunos clasifican, tal vez con dolo y demasiada exageración, como plagio a la secuencia del desembarco de Saving Private Ryan.

En conclusión: divertido blockbuster que por alguna razón misteriosa no cumplió con las expectativas de taquilla, al grado de que la productora decidió cambiarle el título a Live Die Repeat para ver si de esa forma se vendían más DVDs, Edge of Tomorrow, a pesar de no ser nada del otro mundo, es una prueba más del estándar de calidad que tiene el cine de una de las leyendas vivas, nos guste o no, más importantes del panorama fílmico actual: Tom Cruise.

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