Hacer una buena película de amor no es tarea fácil ya que este género fílmico se ha explotado durante casi un siglo, abordando casi todos los puntos de vista posibles. Sin contar que de todas las cintas que se estrenan cada año, el mayor porcentaje de temáticas se encierran entre las conocidas cuatro paredes rosas de las comedias románticas.
Este fenómeno se debe sin duda a la incondicionalidad de una gran parte del público cinematográfico, que año con año disfruta las mismas historias recicladas una y otra vez, que le sacan una lagrimilla y le hacen palpitar el corazón. Es precisamente por esto que la creación de una comedia romántica original no es algo que se vea todos los días.
500 Days of Summer se promocionó precisamente en ese sentido. Una película que no iba a ser la clásica historia de amor, que tendría elementos de cine “independiente” y que renovaría el ya tan gastado género. Incluso al inicio del filme se le advierte al espectador que lo que va a ver no es una cinta de amor sino todo lo contrario.
Sin embargo, a pesar de que la película es divertida y sin duda mucho mejor que los bodrios a los que nos tienen acostumbrados los románticos hollywoodenses, falla en su principal intento de crear algo original. Una vez más tenemos al joven introvertido pero sensible y cool, que hará suspirar a todas las chicas dentro de la sala, mientras que por el otro lado tenemos a la chica hermosa e imposible de conquistar, que asaltará las fantasías de los chicos restantes. Finalmente aparece también el indispensable grupo cómico de amigos que apoyarán a los protagonistas en sus 500 días de vicisitudes.
La historia básicamente sigue los 500 días de relación entre un joven escritor de tarjetas de felicitación (Joseph Gordon-Levitt), cuyas aspiraciones por ser un arquitecto famoso se han esfumado casi por completo y la nueva secretaria de la compañía (Zooey Deschanel), una chica decidida a no comprometerse nunca en sus relaciones de pareja.
El resultado final, que está constantemente inmerso en un gran soundtrack que va desde Regina Spektor hasta los Smiths, es una comedia divertida pero que deja completamente de lado su premisa innovadora. Con lo que se puede concluir que si van a ver 500 Days of Summer esperando la cinta que cambiará el género de la comedia romántica saldrán decepcionados, pero si este no es su caso es posible que pasen un buen rato.