Hesher (2010)
Cuando llegamos a cierta edad nuestra percepción del mundo muta radicalmente. Por la cañería comienzan a escurrirse nuestros sueños de juventud, nuestras noches de sueño ininterrumpido y nuestra invulnerabilidad a la resaca del día después, mientras las responsabilidades se apilan una tras otra en forma de pequeños sobrecitos blancos rellenos de cuentas, hipotecas y demás …